Existen diferentes enfoques y métodos para la habilitación y rehabilitación de las personas con
discapacidad auditiva, pero no hay el método ideal o el mejor; dependerá del tipo de pérdida, la
causa por la cual se originó la disminución en la audición y el momento en que se adquirió.
Los métodos más conocidos son el auditivo-verbal y la logogenia, metodologías que sólo pueden
impartirse por especialistas en sesiones individuales.
El bilingüismo es una metodología relativamente nueva en nuestro país, en la cual se usa la
lengua de señas mexicana y la lectoescritura como medio de comunicación.
El método oral y el auditivo-verbal requieren el uso de auxiliares auditivos; se recomiendan para
alumnos que tienen pérdida moderada y hasta severa; la pérdida deberá ser detectada durante los
primeros años de vida y adaptar los auxiliares auditivos lo más pronto posible para iniciar la estimulación
auditiva, ya que en estos métodos se busca que los niños aprendan a escuchar, es decir,
a detectar, discriminar, identificar y comprender los sonidos ambientales y del habla; así es como
aprenderán a hablar y comprender el lenguaje.
Es muy importante aclarar que los auxiliares deben ser adaptados por un audiólogo, ya que
deben adecuarse a las características de audición de los niños. Además se requiere el uso de un
molde que sujetará el auxiliar y llevará el sonido hacia el interior del oído. Estos moldes están hechos
de silicón, en la mayoría de los casos, y es necesario cambiarlos por lo menos una vez al año o
conforme va creciendo la oreja de los niños. También los auxiliares usan pilas especiales, las cuales
tienen una duración de entre una semana y 15 días, según la calidad y la marca
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